Un dia

Apareciste de noche, un dia de fuerte lluvia. Al abrirte la puerta, estabas con tu mochila a cuestas y mirandome sin pronunciar palabra, con el cabello mojado y con mirada de quien quisiera explicarlo todo. Tu ropa empapada. Los recuerdos asaltaron mi mente, tu presencia congelada los iba trayendo uno a uno.
Donde habias estado todo este tiempo, no lo supe, pero estabas ahi como si fuera tan facil aparecer de la nada y pretender que nada habia sucedido.
No se que llevabas en tu mochila, talvez solo recuerdos, talvez te ibas de la ciudad o derrepente acababas de llegar. No habia sabido de ti en meses. Cuando quise hablar, pusiste suavemente tu mano sobre mi boca. No habia necesidad de decir nada.
El primer contacto siempre era devastador entre nosotros dos. Aceleraba nuestra sangre y aumentaba nuestra mutua tension sexual. Desencadenarnos era suficiente para pulverizar el tiempo. Comunicarnos tierna e impudicamente como mejor sabiamos.
Al alba, supe que te irias. Ordenabas algunas cosas mientras paseabas tu cuerpo desnudo, dejandome ver de rato en rato tu extraño tatuaje en la espalda. No hubo palabras.
Al salir, de nuevo me miraste como quien quisiera explicarlo todo. Pero no sabias como. Basto una ligera sonrisa y cerrar la puerta. Me hubiera gustado que supieras que ya no era necesario explicar nada.