Aeropuerto

A traves de las inmensas ventanas veia tu rostro pegado al vidrio, conviertiendose cada vez mas en ese rostro tan tierno y particular que pones cuando estas triste. Alcanzaste a darme una botella de agua que acababas de comprar, siempre tu tan cuidadosa. Iba caminando, alejandome y sabiendo que te iba a extrañar como no tenia idea. Voltearme, mirarte por ultima vez y ver tu rostro entristecido en ese instante es algo que nunca olvidare. Desde ese momento me senti vacio y solo. Quise que te hicieras chiquita para poder llevarte en mi bolsillo. Vaya si te extrañe.

Tres semanas despues, mi corazon latia fuerte. Me ahogaba con mi propia emocion. Cargando una enorme mochila me abria paso entre gente aglomerada, solo tratando de buscarte con la mirada. Y ahi estabas, brincando, agitando los brazos, riendo feliz, pero aun tras esa gran ventana. Cuanto te habia extrañado. Alcanzarte, abrazarte y besarte fue una sensacion unica que perdura aun en mi memoria. El calor de tu rostro me hizo sentir lo bien que era regresar a casa.

La botella de agua me acompaño esas tres semanas, solo me bastaba llenarla una y otra vez. Regreso conmigo y aun la conservo.
A ti, maldita sea, ya no te tengo.